En el año 1908 se
evidenciaron los primeros indicios de la enfermedad de los ojos de Monet. Entre
septiembre y diciembre de ese año estuvo junto con su esposa en Venecia, donde no solamente pintó, sino que
también estudió en las iglesias y museos de la ciudad las obras de los
artistas Tiziano y Paolo Veronese. El 19 de mayo de 1911 murió
su segunda esposa, Alice. Al año siguiente su visión empeoró y se le
diagnosticaron cataratas en
ambos ojos. En 1912 se
expusieron sus cuadros de Venecia en la galería Bernheim-Jeune con gran
éxito. Georges Clemenceau y otros
amigos le recomendaron en 1914 que
donase pinturas de la serie de nenúfares al Estado francés,
pero Monet que en otras ocasiones había rechazado títulos honorarios de Estado, no fue persuadido. Después de la muerte
de su hijo, Jean Monet, la viuda de este se encargó de los asuntos del hogar
en Giverny. En 1915 Monet
hizo construir ahí un tercer atelier aún
más grande que los anteriores, donde pintó los nenúfares (ninfeas) de su jardín.
11 de Noviembre de 1918 |
Al terminar la primera guerra mundial con
el armisticio del 11 de noviembre de 1918,
Monet le donó al Estado francés ocho de sus pinturas de la serie de los
nenúfares. En 1921,
deprimido por su creciente ceguera, consideró solicitar el retorno de las
pinturas. En ese mismo año se realizó una gran exposición retrospectiva de su
obra en las dependencias de Durand-Ruel. No fue hasta 1922,
a instancias de su amigo Clemenceau, que Claude Monet firmó un acuerdo notarial
que legalizaba la donación, con lo que los cuadros pasaron a ser propiedad del
Estado. Luego de dos operaciones de cataratas en 1923,
Monet recuperó la vista. Comenzó a pintar nuevamente sus grandes pinturas de
nenúfares, pero se vio obstaculizado por la depresión.
En sus últimos años Monet destruyó por
cuenta propia varias de sus pinturas, ya que no quería que obras sin terminar,
bocetos y borradores entraran al mercado de arte, como en efecto sucedió
después de su muerte. El 5 de diciembre de 1926,
Monet murió en Giverny.
Tumba de Monet |
Su casa fue donada por su hijo Michel,
su único heredero, a la Academia Francesa de Bellas Artes en 1966. A través de
la Fundación Claude Monet, la casa y los jardines fueron abiertos al público en
1980 luego de una restauración y es actualmente una atracción para turistas de
todo el mundo que visitan Giverny.
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